Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

jueves, 7 de mayo de 2020

Encofradores y floristerías






Lo que parecía una manta en realidad era un ovillo. Lo observó por largo rato. 

Chiqui dormía y el silencio campaba beligerante alrededor de la casa. Claro que los pajarillos cuando anidan son una sorpresa de la naturaleza y en este caso habría ausencia de un fenómeno que augura tormenta, o tal vez, es al contrario. A veces se ruega silencio, se pide silencio, o se exige silencio.

Las circunstancias obligaron cerrar negocios, pero habría esperanza por el modo en que sale a veces el sol. El amanecer se le acercó la abrazó, tenía un tono rojizo la luz que emergió desde el horizonte como un dios marmóreo, robusto, bello. Eso es esperanza, pensó mientras una copa de vino le pintó los labios y la lengua, ese afrutadillo era merecedor de un premio. A contraluz es difícil ver con claridad (a veces mejor la ceguera)

De modo que apuró la copa, y otra y otra. Pasó el dintel de la salida a la calle con el respeto que se le tiene a un muérdago, las cholas al final en la terraza. Iba a por el pan!!
Percusión sonaba dentro de la cabeza, era una amalgama de instrumentos como esos duendecillos ansiosos por jugar. 

La noche anterior el insomnio pudo más que las ganas o viceversa....



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...