Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

martes, 19 de mayo de 2020

Bailar




En algún momento tuvo que entender qué pasaba. Las cosas se propician solas, pensó, porque era absurdo de lo contrario. 

¿La voluntad de una persona se puede anular?.


Supo que sí,  por aquel entonces estaba totalmente sometida, arrojada a los leones. "No". Era incapaz de decirlo porque el último bofetón hizo que brotara un morado y además de eso un desconcierto brutal, una onda expansiva que la llevó a otra galaxia. 


De modo que las cosas a veces no son lo que parecen y viceversa. 

Uno, dos, tres, ¡Despierta!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...