A esas horas nunca duerme, durante la vigilia orbitan a su alrededor un montón de cuerpos estelares, muy brillantes, la hacen sentir la diosa de algún terruño, de esos que se despliegan a lo largo de los viejos caminos. Había pensado en poner un grupo de plañideras en la escena del velatorio, pero le pareció nimio, hasta le sacó una sonrisa algo tímida imaginando a esas señoras con gritos desgarradores por un puñado de monedas, y es que las personas se prestan a casi todo.
Conforme crea un personaje, u otro, retiene entre sus labios un lápiz, juega con él, lo mordisquea ávida, como si se tratara de la piel olorosa y atractiva de un amante, de modo que el cuerpo cilíndrico gira mil veces y al final de la obra queda totalmente espachurrado. Después de cien folios totalmente emborronados, surge la historia que ideaba en su cabeza, tras varias veladas en solitario, sin ningún sonido que pudiera distraer su atención, ni siquiera las ánimas se habían acercado a la ventana para no enturbiar el desatino que le provocaba escribir ciertas historias. Le había parecido buena, estaba satisfecha cuando terminó de escribir el último renglón: Los cirros abarcando el cielo, el dueño de la tienda de ultramarinos tan viejo como un volcán; las putas y los rufianes en la otra calle tres cuadras más arriba, y los zopilotes revoloteando sobre las cabezas de las gentes para sacarle los cuartos, todo ello un enjambre de imágenes a su antojo, o quizás, la verdad…,
Bonito relato el que nos dejas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias siempre Rafael.
ResponderEliminarBesos.
Reconocería tus relatos aunque no los publicaras aquí.
ResponderEliminarSon magníficos y muy especiales.
Me gusta a volver a leerte (aunque no me invitaras a Alemania...)
:P
Besos.
:) Qué lindas palabras para conmigo. Me alegro que te guste lo que escribo.
EliminarBesos de Mar Atlántico.
Después de emborronar tantos folios y mordisquear el lápiz hasta casi desaparecerlo, por fin surgió la historia..
ResponderEliminarSaludos.
Cierto es Armando.
EliminarSaludos.
Aun en la peores ficciones (peores por lo malo de su factura), se encuentra algo de verdad...
ResponderEliminarSaludos
J.
Gracias por pasar y comentar, José
EliminarSaludos cordiales
Precioso relato. Ya te echaba de menos. Besos
ResponderEliminarGracias siempre Eva..
EliminarBesos.
Tantas historias nacen del silencio! solo hay que escarbar en el,tirar de ese hilo que encontramos suelto.
ResponderEliminarabracitos
Gracias Ramón, siempre tan generoso.
ResponderEliminarAbracitos