miércoles, 17 de junio de 2020

Laberintos




Nadie sabrá jamás lo que en realidad una mente pueda albergar.


Por aquellos días siquiera se habría planteado qué ocurría en ese otro mundo paralelo al suyo al que no quería renunciar; sin embargo, le causaba un gran sufrimiento, a pesar de ser el único lugar en que podía ser feliz,donde cobijaba la infelicidad extrema, la carencia de todo.No saber qué podría hacerla tan vulgar a veces, y otras, débil y desprotegida. 

Las personas debieran escoger con libertad, decir lo que en verdad piensan.


El mar: probablemente el, ir y venir de las olas era un jarabe dulce al paladar. Una puesta de Sol: era un carrusel de cochecitos alrededor de sus pensamientos. Una sonrisa: una merienda con chocolate.

El cabalgar con la yegua, y con tío Chano por la hacienda de D.Román. Tío Chano era el capataz, sin saber que aquellos días fueron el pasado era feliz. Paraba a menudo por aquellas tierras. Alguien desdibujó todo con la punta de las botas, como el cuento del ogro. 
La consciencia es sufrimiento por eso recurría al laberinto. Esperaba algo pero nunca supo.
No saber escoger es trágico, suicida. 





lunes, 15 de junio de 2020

Una carta para mí



Siempre ha sido tu lugar preferido, además, las ramas se han extendido mucho a lo largo de estos años; parecieran los brazos de mamá arropando…, ¿Las garcillas?si, claro, es evidente que por ésta época del año estén por aquí. Antes también regresaban en bandadas igual que los niños cuando salen de sus clases girando aquí o allá, si, garcillas, miles de garcillas revoloteando hacia el lago…,
La cometa que papá nos hizo era igual que el rostro de una geisha, tan bella, serenamente alzaba el vuelo y la brisa soplaba cada vez más fuerte y la cometa se erigía mas y mas alto hasta casi rozar las nubes de algodón.


Ahora es cuando quizás tú me digas que soy una romántica empedernida, si, y tienes razón, lo soy. ¿Prometes no reír si recordamos el día de la bicicleta?Aquel día fue de los inolvidables, si, eso fue realmente. Los días inolvidables son los que nunca desaparecen de nuestras vidas, siquiera por la falta de memoria, igual que aquella señora viuda de las tienda de frutas, que, aún en su aislamiento mental, de cuando en cuando, se le dibujaba una sonrisa y resultaba graciosa la mueca de su boca mostrándose feliz de algún recuerdo agradable que acudía de tarde en tarde; pues algo así quería decirte, que esos son los días que no se olvidan, y ya sabes lo que sucedió con el paseo en bicicleta, más bien el corto paseo. Quise girar para volver a casa y aquel demonio de cacharro se dirigió hacia la bajada de piedras negras hasta llegar a casa de la abuela; por poco me destrozo la cara,me había estrellado en el muro de la escalera que daba al cobertizo, donde se guardaban  los aperos. Miles de pajarillos daban vueltas alrededor mío y no supe donde estaba hasta que la tía gritó y entonces fue cuando pude abrir los ojos y pestañear todavía algo aturdida. Encima mamá me reprendió por ello.

La huerta de maíz era realmente hermosa y cuando los rayos del sol se adentraban por entre los trigales, se me antojaba un joyero repleto de centelleantes luces… Lástima que el piano del señor Robinson hubiese terminado en la hoguera, ¿Te acuerdas?. Nos gustaba tanto escucharlo por las tardes. Desde la habitación de la abuela se oía perfectamente. Qué música más bonita, claro está, que con las manos delicadas del señor Robinson no podría salir más que cantos de ángeles por entre las teclas.


La vereda que surcaba los huertos llevaba a la charca, era un lago hermoso con los nenúfares adornando igual que las flores en los sombreros de las señoras…,
Luego el tiempo pasó, pero tan lentamente, que aún tengo en los labios el sabor de la mermelada y de los higos. Si cierro los ojos puedo ver las sábanas de encaje ondeando al viento, igual que la cometa, cuando papá nos llevaba a la playa en verano. Las chalupas y las cometas, todo un lienzo de colores
Las tías, los primos, el colegio de la señorita Margarita. Todo eso sigue en mi memoria, nada ha quedado en el olvido.


¿Crees que estará oyendo?- No lo dudes, ¿Es que no has visto cómo sonrió, cuando leíste lo de la bicicleta?...,


sábado, 13 de junio de 2020

Entre tiempos



Mientras tanto la tarde daba paso a la noche, como si hubiera sido hechizada, los ojos se hacían cada vez más pesados.

Los párpados se hicieron persianas, que, poco, a poco, terminaron por la opacidad total de ellos. Pero deseaba que sucediera, era el único modo de volver.

viernes, 12 de junio de 2020

Noviembre



No se habría cuestionado en absoluto su reacción ante lo que probablemente habría sido un insulto; no tanto por el modo en que el interlocutor se había dirigido hacia su persona, en realidad había sido porque, además de querer vejarla, el raciocinio durante la conversación distaba sobremanera de lo que en principio hubiera sido un tema cotidiano, como lo era la noticia en la cabecera de un periódico sobre las medidas a tomar por un asunto,que sin llegar a ser importante, no por eso sería menospreciado.

Llovía con copos de nieve y estos se deslizaban entre los labios haciendo que parecieran pellizcos de besos porque el área de piel se mostraba enrojecida. De modo que, le contradijo haciendo acopio de un vocabulario algo informal, algo tosco; y es que a veces nos parecemos tanto...
























miércoles, 10 de junio de 2020

Hojas de junio



Probablemente sucedió de ese modo en el que habría recordado lo acontecido. Después de cortar unas rosas el olor a café hizo que dejara el cesto en la entrada de la casa para tomar una tacita: esas pequeñas tazas con garabatos chinos o algo similar que se hallaban en la encimera de seis en seis y en medio un bordado a ganchillo color verde acabado en punta de flecha con unas borlas cosidas. 

No fue una taza, fueron tres las que tomó mientras las rosas seguían en la cesta, cuando llegó aquel momento, un recuerdo a su mente, a su cabeza que se proveía de un pelo corto ya queriendo crecer, pero lentamente. Fue traumático en cierto aspecto verse tendida en la mesa del quirófano, desprotegida, sola. Ya pronto quedaría dormida. Pero mientras tanto las luces de lo focos encima de ella y el susurro de los médicos, y sobre todo la música que sonaba en el frío habitáculo, donde a veces, no se despierta una.

Sonrió a pesar de todo le habían puesto una manta con bolsas de agua caliente para que entrara en calor. 

Despertó con el amargor en la boca, con una quietud falsa provocada por la anestesia, le habían dicho que se rodara a la cama y lo hizo, no sin mucho esfuerzo. No soltó una lágrima hasta cinco días después. Lloró durante varios días todas las tardes.

Es traumático se volvió a decir mientras sorbió el último café

Las rosas se olvidaron en la cesta y murieron. Qué horror,





viernes, 5 de junio de 2020

Mujer



Cómo pudo suceder que en ese piélago de estrellas hallara lo bello de su sonrisa, el rojo carmesí de sus labios. Y en el mismo cielo de lo infinito el caminar cadencioso la seda de su piel tumbada en la arena. Ella es Sevilla de luz farolillos en sus hombros morenos, el ser divino de su bondad infinita,
cómo pudo ser de su existencia de aceites perfumados de Azahar, preciosa regala sin medida lo que tiene, el arrebato al danzar, lo alegre, sin medida entre rincones, tiembla Barrio Santa Cruz, Triana, y ríe, ríe donde solo habita luz mariposa blanca libre vuela, vuela. Tango se escucha, rumba, bolero, que por donde pasa no hay patria, manglares, solo manglares de sábanas pa que sueñe del verano las noches,

Peineta traje gitana cuando haga falta, y besos a más dar, que sin pedir nada a cambio es oneroso el corazón suyo...


Brilla Giralda tarde ocre derrama el oro sobre sus hombros desnudos. Qué carita gitana que ni penas ni nada, con ella todo un río se desborda, risas, bondades. Tú si que ere la rosa roja que del pelo se desprende por el Rocío de toda tú...

A María  Díaz; capaz, valiente, serena y alocadamente feliz, muy feliz,

lunes, 1 de junio de 2020

Retratos

Como si se pudiese advertir que las horas se van yendo al compás de la tarde, casi nadie lo hace. Sin embargo sucede. El color no es el mismo, el cielo languidece.
Los transeúntes se diluyen, algunos, otros son empaticos, y dan la bienvenida a lo oscuro. Un mimetismo glorioso hace que la noche copule  con el ruido estridente de los pasos en el famoso puente y en los tugurios. Al fin y al cabo la ceguera es la misma .

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...