Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

miércoles, 28 de julio de 2021

Opresión.

 


Cuando abrió los ojos lo primero que hizo fue salivar una hebra de baba, y pestañear repetidas veces. Las manos atadas a la cama, y la habitación tan blanca como aquellas nubes que ahora se han posado en la cabeza picuda de la montaña. Oyó el bramido del mar a lo lejos, y pudo ver un punto diminuto de luz que se colaba por la ventana, el faro no dormía. No dormiría el farero, se preguntó. Mientras, volvió a salivar otro hilo y luego, otro.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...