Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

lunes, 5 de octubre de 2020

Un modo de hablar

 


Cuando alcanzó el sueño ya avanzada la noche pudo descubrir que había otro modo de hablar.

Un lenguaje casi imperceptible, como el soplo leve de una brisa al caer la tarde. 


Sin embargo tan fructífero, tan llamativo por las expresiones que, al igual que un poema, se deslizaban arriba y abajo, como múltiples gotas de agua cuando zigzaguean el cristal de cualquier ventana.


"Entre las rocas el mar rodea con sus dedos acariciando todo, lamiendo, besando."


Por largo tiempo se quedó con aquel lenguaje, que tan llamativo y elegante y silencioso aparecía cada vez que la madrugada hacía callar los incesantes ruidos.



"Te busqué entre manglares

y hallé tu nombre dibujado entre ellos"




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