Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

viernes, 16 de octubre de 2020

Blues y más días

 

Y  a veces también me quedo dormida con los brazos en cruz en la mesa, mientras, desde el libro, salen peces volando y rodean la mesa y a mí. Luego desaparecen. Como algunas historias.


Pero indiscutiblemente el sitio donde más disfruto es en el Rizo. La distancia que separa la música de mí es ínfima, es una fusión. Pienso en voz baja y me digo:"yo te absuelvo de todo pecado. Caramba, claro  que no es pecado ¿alguien dijo?. Si, mi consciencia que siempre está conmigo. 

Algo terrible me ha sucedido y es que no me he traído el pintalabios rojo y mi lengua se ha comido en anterior, cuando en casa me maquillaba y vestía para salir a casa de Riz. Qué impotencia, mascullé.

El color rojo me gusta mucho, me gusta mirarme al espejo y ver mis labios jugosos teñidos de ese púrpura que con un beso suyo se diluye como cuando  abro el grifo y sale agua y trato de que se quede entre mis manos, pero, no. Ansío que suceda eso. Por esa razón me lo llevo en el bolso. 


 


Me gustó un vestido negro con lazos en los puños. También me gustó mucho la ropa interior de aquella corsetería famosa, y es que no escatimo en dinero cuando se trata de encajes, de sedas, todo lo que me vista por dentro. 


¿Has visto qué noche más hermosa?, dijo él.

¿Él? Ay, pero qué malos son los pensamientos, juegan y juegan y juegan...





2 comentarios:

  1. Para qué te pintas los labios. Una nunca sabe quién puede entrar por esa puerta. Recuerdas?
    Besitos

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