miércoles, 25 de mayo de 2022

Ballade pour Sophie.

 



Se habían despedido el mismo día en que se encontraron solo que ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, la distancia, o la falta de interés, o quizás la cobardía, apartara de ambos el dulce almizcle que día a día los iba envolviendo, atrapados en una tela de araña cristalina, con luces maravillosas, las mismas que solo los amantes pueden ver en un nadar insaciable de caricias y de besos...


Detrás de la reja, las hojas lanceoladas de algunas plantas, y un rosal extremadamente glorioso, un color púrpura, que casi lastima por su belleza, componen un jardín cuyas atribuciones por su cuidados eran múltiples, por ser especialmente zona de tráfico transeúntes. La casa permanece inmutable, imperecedera, como si los dioses la hubiesen bendecido, con el musgo que resbala como una babosa buscando su lugar de reposo..

Una sola noche pasaron juntos, una, entre tantos, y tantos días, y meses pero fue esa noche una vida entera, unas horas, que se hicieron una amalgama de lana entrecruzada como cuando alguien teje, y teje, sin parar: Cuerpos desnudos abrazados, palabras mutiladas, porque las miradas lo decían todo, un mar de amor las gotas de él en la fronda olorosa.

Lenguas que circundan el cielo del paladar, separándose y volviéndose a encontrar, son dos remolinos carnosos abrevando al mismo compás. Los muslos de ella ahora relajados con un placer intenso que unos minutos antes le había provocado un clímax, como cuando una gran hola se precipita a las rocas estallando en mil pedazos los pequeños cristales de agua. Ahora duermen como si hubieran dejado de respirar, plácidamente.


Como quiera que aquella noche fue una vida entera, hasta llegar a la vejez, como quiera que los días de quereres se marchitaron, y quedaron en el paso del tiempo, pero vivos en la memoria de ambos, aún queda el perfume del rosal púrpura, como un adagio, algo imposible de olvidar, un camino de tortuosos pedregales, pero aún así sembrados de miles de cartas, alfombrados por cada beso, en la distancia…

Entonces la muerte no es nada, cuando se ha vivido un solo capítulo de aquellos que se amaron entre el silencio de miles de cartas...

Late corazón.

 Dudó en el color de la bata, al final se decidió  por el azul con florecillas blancas.

Era la primera vez que entraba en un quirófano y su cuerpo temblaba de miedo, además de no poder soportar ese olor tan característico.
Sintió lástima al verla ahí en la camilla, inerte, son sus manitas atadas. Su panza esperando el bisturí.

Unos minutos antes la había visto llena de vida; su piel brillaba y sus ojos saltones giraban los trescientos sesenta grados en su pequeña jaula.
Un tajo certero y pudo ver como su pequeño corazoncito seguía latiendo. Ese mismo año abandonó veterinaria.

miércoles, 18 de mayo de 2022

A veces unas alas de papel.

 Cuando uno mira un álbum de fotos se introduce sin remedio dentro de él, es como si uno formara parte de las hojas cubiertas de los rostros, los paisajes, anécdotas que quedan ahí para siempre o tal vez también se destruyan tarde o temprano, luego la eternidad no existe; pero pareciera que se solidificaran igual que estatuas de sal y eso me lleva a reflexionar de todo ello, de lo que queda o lo que queremos que  quede. 


Hoy he tenido la percepción de mi misma, de mi rostro. No me había fijado, y presumiblemente me atrevería a decir que no me reconozco del todo. esos ojos que miran  fijamente a los míos, tanto que se me irritan y tengo que pestañear varias veces seguidas. En la siguiente hoja hay grupos de personas, dos o tres mujeres y unos hombres es verano y no recuerdo el año, pero retrocedo para seguir descubriendo la tez algo pálida, algo serena, algo sonriente-¿Es complicado reconocerse ante un espejo o una imagen? .No se escuchan vocablos  y si pretendemos tocarla nuestras manos idénticas se unen, se acarician. El mapa de nuestras manos es igual las líneas de división de los caminos ¿Pero, porqué no podemos descubrir lo que realmente esa boca desea decir? ¿Cuánta prisa hay, cuántos pasos al día de un lado a otro?

 El  bus, el coche, el vestido de la tienda francesa de la esquina .No dejo de mirarla, a ella. Ella quiere ser escuchada , acariciada .Todas las capas de piel que se mudaron se esfumaron, como se esfuman las alas de las mariposas con un ligero polvo al frotarlas  con la punta de los dedos .Es como si estuviera muerta su sonrisa leve, es como si le hubieran cosido los labios con hilo grueso. Sería un gran descubrimiento saber qué quiere en realidad  ahora que lleva una piel diferente, hilvanada por los años. Su pelo liso se posa en los hombros, ahora me acerco aún más y logro descubrir que sus ojos, se han enjugado, igual que los míos.


Reeditado.

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...