jueves, 30 de abril de 2020
Amanecer
Uno, dos, tres... La persiana había desplegado las alas y el brillo del sol invadió como un ladrón cada rincón en todas las habitaciones, en la cocina, en la terraza donde los parterres de claveles.
El tintineo de la cucharilla en la taza de café. La alcoba olía a tabaco, a ron, a amor, un oloroso vaho se había cristalizado, voló un pañuelo arrasado por el viento y Estambul esperaba.
"Prueba el viento
dice la razón.
La razón es engañosa..."
"Prueba el almizcle
date una ducha
al placer no se juega"
sábado, 25 de abril de 2020
El efecto de ayer
Se había quitado las botas, los guantes. El espejo habló y sin quitar la vista lo escuchó: "una gota de mar se había deslizado hasta los labios, atrapó la lengua el piélago del ayer conmocionando los rincones..."
Eyacular lo prohibido, apaciguar el deseo. El final estaba escrito desde el ayer.
Adiós!
lunes, 20 de abril de 2020
Una mirada atrás
En cuanto a decir que era justa y digna eso ya es otra cosa.
El caso es que le quedó ronca la voz de los gritos y silencios que repartió. Lo extraña y meditabunda dicen que fue por tanto jugo de naranja engañoso, pero se arrancó hasta el corazón por dar...
miércoles, 8 de abril de 2020
Destrucción
Parar en una fría sala era absurdo, siguió la marcha y desvió los pasos por otro camino. Quiso desquitarse. Probablemente sería eso.
El campanéo de los gritos y las risas atizaron directo a la cabeza.
No habría forma alguna poder escapar tendría que volver.
Era cobardía, porque esos estímulos eran su propio yo. Y la sala su hogar...
domingo, 29 de marzo de 2020
Dad de comer aquel que dijo, da agua, al insólito existir
¿Qué haces?, preguntó al mismo compás en que un moco arrastraba con satisfacción e iría en trasformarse a una bolita de caca entre los dedos. ¿Hago? Hago lo que ves. Tengo ropa ajada, pies desnudos, una sonrisa que a veces grita despellejando y destripando, otras, la que llevo de sencilla y onerosa, como para repartirla, darla a diestro y siniestro, abandonarla en tu boca en las bocas que tienen miedo, hambre, desasosiego,pesadillas.
¿Acaso eres dios?, dijo.
Qué va! Ni quiero ser ese dios que dices.
dios eres tú, yo, aquel, aquellos, aquellas así si podría ser... lo. Si te empeñas, le dije.
¿Maestra que coses?, dijo.
No soy maestra, ni dios, ni ...
¿Salvadora?
Que no! dije. Somos soy, eres, eras, eran ...
Yo: siempre evolucionando, siempre, siempre siempre...
Caminito de hormigas aquí y allá, morir, renacer, hambre poblar, despoblar.
¿Y eso que significa? dijo.
Mírate al espejo, ves algo? dije.(falta una interrogación, no importa me digo, con estos tiempos que corren)
Ay! qué susto.
¿Has visto que cosa más feita eres? le dije.
y tú eres guapa? dijo.
Soy feita como tú, ta, te , ti, ellos , ellas, estos, aquellos, aquellas, nosotros, nosotras, me, mi,ma, conmigo.
Ah! entonces somos como el?
Somos el. le dije.
El? y ella no? dijo.
Si, el , ella , ello, esto, aquello y bla, bla,bla...le dije.
Somos el, y colina, y mar, y árbol, y sangre, caminos, hambre, risa, sexo, amor, somos Aida lo que dice Aida cuando escuchas sonora, bestial, acústica. Memorable Aida.
¿Nos quedamos con el? dijo.
Siempre hemos estado con el, nos quedamos con el, ella, nosotros, nosotras, aquellos, aquellas...
¡Que te estoy gritando! dijo
Grita, grita mucho, que estamos tan lejos, en una Galaxia tan grandota.
viernes, 14 de febrero de 2020
domingo, 9 de febrero de 2020
A pesar de los años
Al
pasar el tiempo en esta tarde tranquila que a lo lejos se divisa la
gran montaña, un volcán descarado, altivo, hermoso, he querido
escribirte una carta esta carta que reposa en el buró, como cuando
los besos se incendiaban para luego dormir en nuestros labios. He
querido hablarte si, hablarte de esta manera y llenar el folio de
pespuntes de esos que parecen hilos perfectamente hilvanados, he
querido incluso mejorar la letra y que ninguna palabra para ti se
salga de ningún renglón todo perfecto inmaculado, como cuando se ve
el ave circundar el cielo, mi cielo, tu cielo. Si supieras que cuando
nos despedimos dijiste que habías perdido tu reloj de pulsera pero
que ya comprarías otro, pues fui yo aquella mañana calurosa cuando
ambos dejamos la habitación. Momentos antes lo había cogido y
guardado en mi bolso y ahora lo tengo justo al lado, mientras te
hablo con letras e imagino tu sonrisa tus manos, todo tú. Late igual
que tu corazón, acompasado, delicadamente tú.
Nunca
más supimos el uno del otro pero el recuerdo se hace un jardín de
magnolias, un lago cristalino, el devenir de aquellos días
calurosos como el de esta tarde que perpetúa si cabe aún más lo
que se quedó. Se quedó un propósito. Quedaron aquellas noches de
sosiego al dormir abrazados, exhaustos al no dejar ni un milímetro
de nuestra piel sin acariciar, sin besar, sin beber. No hubo lágrimas
al despedirnos, no hizo falta solo bastaba con habernos tenido unos
días que fue una vida entera: dicen que en el cielo una vida entera
es un pestañeo, ay pero me estoy poniendo muy romanticona, y pienso
que sigo siendo aquella joven de ayer, esta tarde soy la muchacha
descalza soy un pozo de ilusiones y al pensarte te vienes, te vienes
derrochando ese perfume que me atrajo: el de tus ojos mirándome, tus
zapatos tan limpios y tu pelo perfectamente peinado, qué pensabas ?
Que yo no había reparado en tí? ….
El
espejo de enfrente me devuelve a la realidad pero qué importa eso
ahora. Igual estarás tú pintado de canas tu cabello pero con la
misma sonrisa perturbadora de entonces. No sabes cuantas veces he
dibujado tus labios al pensarte al pasear por el puente de madera que
crujía de los miles de pasos de transeúntes. Dicen que se ha
apolillado pero aún sostiene las prisas o las pausas de quienes lo
transitan, a mi me sigue gustando porque debajo fluye el río que
fuimos los dos amándonos cada día.
Me
pregunto qué será de tus días, probablemente seas feliz igual que
yo. Tendrás una familia que te quiere igual que yo. Después de todo
tenía que ser de esa manera.
Por
aquel entonces el ruido eramos los dos. El viento y la lluvia eramos
los dos. Los trenes eramos solo tu y yo abrazados en el vaivén y al
despertar una estación, una vía donde no había nadie solo el
rastro de nuestros pasos por el andén.
“
Bastó un roce un gesto para
saber que la eternidad era nuestra”
Tengo
un tazón de café humeante justo al lado de tu reloj lo dejo adrede
por ver cómo se extingue el calor que desprende, el olor, el
reguero de partículas aromatizando la habitación. Es tan
confortable tenerte aquí a mi lado en mis letras, en tu reloj en el
café que tomábamos mientras reíamos, sorbo a sorbo como cuando
tumbados en el colchón al paladear la esencia de dos: arribandonos
en el mismo puerto el de dos cuerpos temblorosos, con el sudor en la
frente de amarnos.
Gratamente
volví contigo en cada renglón y tú conmigo hasta el final del
papel sería injusto dejar de darte la mano, que te alejes y te
pierdas detrás de aquel horizonte, no lo voy a permitir, es decir no
lo vamos a permitir. Sería una traición de verbos conjugados en el
candor de la hierba y tu nombre, porque todo fue a propósito de
todo.
Quizás
ni llegues a leer mis letras pero fijate que esta tarde se me antojó
volverte a ver. Con las prisas de hoy en día se me ha olvidado
tenerte también con aquel vino rojo y tenerte con los ojos
brillantes de juventud, se me olvidó el chocolate de tus dedos
recorrer mi piel.
Quizás
ni llegues a leer mis letras pero fijate que esta tarde se me antojó
volverte a ver...
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Ballade pour Sophie
Ballade pour Sophie
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