sábado, 18 de enero de 2020
No te digo que si porque entonces te llevo en mi cabeza
Es imposible no decir la verdad
al decir que te nombro...
soñolienta y aburrida todas las madrugadas.
Ya no vienes porque no quiero
que lo hagas,
dejarme agotada inmensamente agotada
Ahora si quiero...
miércoles, 15 de enero de 2020
Despacito
Se trata de buscar-te
en medio del desierto de arena que se desliza
por entre tus dedos, y los míos...
Se trata al salir el sol que sus rayos alcancen
el clímax como tú y yo en la alfombra ocre...
Es principio y final de aquellas cartas que nunca llegaron
perfumadas del rocío de los dos nada más entrar en la cama.
Calzarme las botas, salir ahí en medio de la tormenta
de arena y me hundiré irremediablemente sin peinar mis cabellos con tu nombre entre mis piernas...
miércoles, 8 de enero de 2020
Tengo alas cuando sueño
Es como entrar en órbita
ya no duermo ni estoy despierta,
Hay un umbral con los brotes del ayer,
me dirijo por curiosidad por ver si los puedo ver,
Es sorpresivo porque la carcajada se explaya,
más allá del universo que aún sigue creciendo.
La melaza de su boca me satisface
y despierto repleta y eufórica...
martes, 8 de octubre de 2019
Retales y otras inquietudes
Más, hallé por azar aquella estela
de letras abotonadas de relatos e inquietudes,
que los tinteros parecen tener vida..,
Diría pues más que eso,
diría que llevan siglos pastando letras,
versos trotando,
anclados en las hojas, en las paredes de cualquier muro
de graffiti escritas palabras y resonando por costumbre,
y aquel que se deje llevar a tragos como el buen vino,
apuesta los duros con tal de dejarse llevar,
apuesta hasta los sueños por querer parar un rato,
a contemplar un tintero y una pluma,
de inquietudes pespuntes en los folios…
Como una mosca se muere en la miel,
se quedó una naufraga tallada de antaño.
Más no era sirena, no era Afrodita,
Era más bien un pasajero tiempo,
venido de otra época por si en algún instante,
fuese advertida por sus ojos al mirar,
por una palabra, quizás un verso perdido.
Más dijo: os juro si aún se escriban versos,
en esa otra vida hallaré el mismo camino
anclado al tiempo olvido,
por reencontrar
y yacer entre mariposas ,
en la esbeltez del trigo...
sábado, 5 de octubre de 2019
Una vez Fridonia
El
general Teódulo se había auto proclamado jefe del estado. Atusando
el bigote frente al espejo sonreía por el logro alcanzado. La
soberbia se le atragantaba desde las entrañas hasta una sonrisa
cínica y perversa. Mandó servir la cena: codornices guisadas con
naranjas, cestas de hojaldre rellenas de paté de ganso , un buen
vino mandado pedir expresamente desde las laderas vinicolas de
Larnaca, coñac con solera y puros de la habana.
Luego
vendría una de las sirvientas: una muchacha que no pasaba de los
dieciocho años y haciendo un gesto de reverencia tuvo que aprobar
los antojos de Teodulo, más por no quedar sin pan ni rancho, dado
que algún dinero recibía de vez en cuando y que por esa causa sus
padres y hermanos tendrían la suerte de calentar sus estómagos, que
por tener que despojarse de la bata y el mandil, y dejar que la
tomara como si fuese el postre. El general había sobrevivido a la
guerra que había dejado a Fridonia en una ruina una hambruna
sobrevino a la población: cartillas de racionamiento de alimentos, y
lo peor la opresión por medidas políticas que cada día cambiaba a
su antojo el general mientras jugaba a las cartas con sus camaradas.
Se jugaba no su cuello, que hubiera estado acertado, se jugaba las
cabezas de quienes habitaban el país. Si había que fusilar a
alguien con la indolencia propia de un dictador, un sicario golpeaba
con los nudillos en una puerta cualquiera y se llevaban al primer
varón que estuviese dentro. Tan fácil como recorrer la calle hasta
el peñasco para darle el disparo certero que reventaría los sesos y
si el moribundo aún quedaba con algún hilo de vida se le remataba
con otro disparo.
Se
ha muerto de unas fiebres decía la viuda cuando los allegados
preguntaban por él. Todos sabían, nadie decía nada, las palabras
se quedaban dentro como una mala digestión. La rabia contenida y el
miedo comulgaban a la par. El olor del muerto impregnado en la ropa
que quedó en el hogar era lo único que la viuda tenía como
consuelo, porque jamás supo de él y cada noche tenía que morderse
los labios para que el chirrido de sus dientes de llanto no se
escuchara en el silencio de las madrugadas por las milicias que
rondaban después del toque de queda.
Un
aire abrasador salía de los pulmones del general cada vez que
pensaba, cada vez que se enteraba de que en el país en alguna casa o
finca se reunieran los desertores de la opresión y el hambre, y para
poder sosegarse pedía los favores de cualquier muchacha de la
servidumbre: era de un gusto repugnante por parte del general andar a
gatas alrededor de la alcoba y rebuznar con burla como venganza a los
que proclamaran la libertad, mientras tanto la muchacha hierática y
con frío esperaba los antojos de aquel hombre rechoncho de poca
estatura que para aparentar la apariencia de un mandatario regio
dejaba que el bigote se explayara encima de su boca como si lo
hubiera mandado grabar a fuego, pero soñaba pesadillas a menudo
habría los ojos los restregaba por si hubiera sido una alucinación
se le hacia un cerco en la habitación cada vez más ancho de rostros
pálidos, de cuerpos roídos de palos, de vómitos provocados por la
tuberculosis, una amalgama de muertos desfilaban delante del general
que ya casi no podía controlar sus sueños. No sabía cómo resolver
esa situación que le descomponía los intestinos, y es que no es lo
mismo ser general de Fridonia someter a un pueblo con latigazos de
miedo, que enfrentarse a sus propios monstruos.
Aún
hoy en día se debate en qué lugar poder dejar los restos del que
fue el tirano.
viernes, 4 de octubre de 2019
Como la música de un piano a lo lejos de mis ojos,
se ve la mañana lenta-mente, discurrir...
Noy hay gorriones en aquel parque,
se han suicidado por el tedio la basura del aire que respiraban.
Como todos los días hoy es un día más,
gris, con sol, con lluvia, frío, calor.
Es que estamos perdidos mi querido confidente.
sábado, 28 de septiembre de 2019
Mi sueño catastrófico
Siempre soñaré, siempre soñaré,
ya se viene mi partida andando sobre los tejados.
La ráfaga de aire hace que baile el tul de la ventana,
sin embargo no llevo miedo en mis huesos,
Ese piano de recuerdos,
niños, niños, ambiente de risas en la salita,
La vida parece ser un cuento,
aún tengo tantas dudas...
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Ballade pour Sophie
Ballade pour Sophie
Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...